India, Kumarakom. 20 de febrero 2020. Post 25
Regresamos felices y súper relajadas del paseo por las Backwaters de Kerala, una experiencia única, inolvidable. Había sido relajante en todos los sentidos. Muy agradable para el cuerpo, 3 horas paseando sobre las aguas de lagos y canales, deslizándonos con suavidad, sin apuros. Había sido relajante para la vista, con la infinita variedad de verdes, de plantas, de paisajes. Nuestros oídos también descansaron y se deleitaron en momentos casi silenciosos, o llenos del un suave susurro de una actividad serena.
Llegamos al hotel con tiempo para disfrutar del resort un rato antes de almorzar. Algunas nos dirigimos a la tienda del hotel, ya habíamos visto que tenía de todo y era necesario explorar en busca de pequeños tesoros.

Después del almuerzo se llevó a cabo el ansiado Satsang con Roger, la sesión donde compartió una vez mas su sabiduría y conocimiento, contándonos sobre costumbres, creencias y respondiendo nuestras preguntas. Nos comentó Roger que el día siguiente, 21 de febrero, era un día muy importante para Shiva, una celebración conocida como Maha Shivaratri, durante la cual la gente pasa toda la noche despierta, celebrando a esta deidad.
LO QUE APRENDI: Maha Shivaratri es un festival muy importante del hinduismo y se celebra anualmente en honor a Lord Shiva. Los devotos creen que con las ceremonias realizadas en este día tan especial, obtienen la absolución de sus pecados y son bendecidos con Moksha o liberación. Este día es un recordatorio del triunfo sobre la oscuridad y la ignorancia en el mundo y en la vida. Se dice que Maha Shivaratri marca el aniversario de la danza cósmica realizada por Lord Shiva
El día para la celebración está determinado astrológicamente y por esa razón no es un día fijo del calendario. En ese día, los devotos se despiertan temprano y toman un baño ritual, preferiblemente en el Ganges. Seguidamente se ponen ropa limpia y visitan el templo de Shiva más cercano en donde realizan diferentes pujas que incluyen leche, yogurt, miel, ghee, azúcar y agua. A esta ceremonia le siguen otras en las que se ofrecen flores y ciertas hojas.
Los devotos también queman incienso, encienden lámparas, ofrecen telas blancas, dulces y cinco frutas. Este ritual se extiende a lo largo del día y la noche. En la tarde, antes de ir al templo, se toma otro baño.
Los devotos pasan la noche despiertos en los templos cantando “Om Namah Shivaya” y cantando himnos y versos un honor a Shiva. El ayuno se rompe la mañana siguiente compartiendo prasad (*) ofrecido a Shiva.
Las mujeres casadas rezan y ofrecen el ayuno en Maha Shivaratri por el bienestar de sus esposos, mientras que las mujeres solteras rezan por un esposo como Shiva, el cual es considerado el esposo ideal.
(*) Prasad es una ofrenda devocional de comida hecha a los dioses. En la cultura Hindú, el prasad se ofrece primero al dios y después es consumido por la gente. La creencia es que Dios debe ser el primero en recibirlo.
Nos comentó Roger que ese día, cientos de miles de personas iban a estar dándole la vuelta al gran salón del templo en Tiruvannamalai, el que habíamos visitado al principio del viaje. Nos aseguró que la celebración era inmensa en Varanasi, donde está el que se considera el templo más sagrado de los dedicados a Shiva y que en el Ganges, alrededor de 30 millones de personas se sumergen en el río, en el lugar donde los tres ríos se juntan.
Seguimos conversando por un buen rato, haciendo preguntas, aclarando dudas, disfrutando del fino humor y del conocimiento de Roger y nos despedimos hasta la noche, cuando tendríamos la cena de despedida.
¡Sorpresa!
Cuando regresé a la habitación, mi sorpresa fue grande cuando abrí la puerta. Allí, en medio de mi cama, me estaba esperando un personaje muy relajado, cómodamente recostado sobre mis almohadas.

Después de recuperarme de impresión inicial y muerta de la risa, empecé a tomarle fotos. Como constaba en la tarjeta que lo acompañaba, las mucamas habían realizado esa “obra de toalla” para darme la bienvenida y ponerse a la orden. La miré por todos lados y seguía riéndome.
Desde principio del viaje habíamos creado un chat de WhatsApp para el grupo y enseguida compartí la foto. Las respuestas no se hicieron esperar. Algunas se preocupaban por lo que iba a decir mi esposo… otras compartieron las “obras de toalla” que habían encontrado en sus respectivas habitaciones.

Regresé a la pequeña tienda y rebuscando encontré un libro sobre los templos del Sur de la India, justo el tema principal de este tour. Resultó una excelente compra, con muy buena fotografía y con explicaciones muy interesantes que me ayudaron mucho mientras recordaba y escribía en post anteriores, sobre los distintos templos que visitamos.
Me enamoré de un par de collares y decidí dejar que el entusiasmo se asentara un rato antes de comprar. No se asentó… aquí tengo los dos collares.
La Herencia Arquitectónica de Kerala
Seguí explorando el resort y admirando las construcciones. Había estado leyendo la información que teníamos en la habitación y había encontrado unos datos muy interesantes que despertaron mi curiosidad
LO QUE APRENDI: Para la construcción del resort, un grupo de expertos recorrió el estado de Kerala en busca de edificios y estructuras antiguas que pudieran ser compradas y re usadas en la construcción. Se lograron adquirir 109 edificios con una antigüedad de mas de 100 años. Cada uno fue desmantelado con experiencia y sumo cuidado y transportado a la sitio donde se construiría el resort.
Las estructuras adquiridas estaban en distintas condiciones, algunas muy deterioradas por falta de mantenimiento. Lo que se pudo recuperar, fue restaurado a su antiguo esplendor, partes como puertas, marcos de puerta tallados, ventanas, la celosía de madera de los techos, los paneles de madera de las paredes.
Dos de las estructuras antiguas fueron restauradas en su totalidad en el resort. Una es el edificio donde está ubicado el Spa o centro de ayurveda de Kumarakom, conocida como Ayurmana.
Este dato fue una agradable sorpresa para mi. Había estado en el Spa el día anterior y me había parecido que el edificio tenía un encanto muy especial. Era una construcción cuadrada, con la parte del frente totalmente abierta, lo que le daba una sensación de amplitud y ligereza. En el medio había un patio techado en el centro del cual un hermoso arreglo de flores y plantas le daba todavía más encanto al lugar. Las paredes internas estaban todas cubiertas de madera con unos detalles bellísimos. Alrededor del patio corrían pasillos techados a lo largo de los cuales estaban las habitaciones, ahora salones de tratamiento. Las puertas de cada uno de estos salones eran de una madera hermosa, eran una puertas con carácter.

Esta edificación había sido la casa de los Chathamangalathu Mana, una familia que se había dedicado por generaciones a la práctica del ayurveda. Puedo dar fe de que el lugar tiene una energía muy, muy especial, no en vano esa paredes, esos techos hermosos tienen más de 200 años siendo lugar de bienestar y armonía.
La otra edificación antigua es donde está ubicado el restaurante principal del Resort, el Ettukettu. Este edificio también tiene más de 200 años y mucha historia. Lo mandó a construir el Rey Marthanda Varma de Travancore como un regalo a su maestro de artes marciales a quien tenía en tan alta consideración, que le confirió títulos nobiliarios y su casa fue construida, por orden del rey, de acuerdo con su categoría.
El resort compró la mansión a los descendientes del Real Maestro, un edificio histórico que tiene ocho lados, dos patios centrales, techos y puertas de madera tallada que hablan de los días de grandeza de la arquitectura real en Kerala.
Al leer esto entendí mi fascinación con esos techos desde el primer momento que los vi. En uno de los patios de la antigua mansión, había sido la presentación de baile clásico hindú de la noche anterior.

Después de pasear por el resort y de pasar un rato disfrutando de la piscina al borde del lago, fue hora de prepararme para la meditación de esa tarde y el paseo por el lago al atardecer.


Ya de regreso en la habitación, disfruté de mi ducha al aire libre, una experiencia realmente agradable. Estaban diseñadas de esa manera para resaltar la unión con la naturaleza y también para recordar las casas de baño de las casas antiguas, donde los baños eran estructuras independientes que constaban sólo de cuatro paredes.
La meditación fue en el mismo lugar que el día anterior y fue otra experiencia deliciosa.
Paseo al Atardecer por el Lago Vembanad
La mayor parte del grupo había hecho el paseo al atardecer el día anterior. Yo lo había pospuesto porque había hecho cita en el Spa para esa hora. Cuando fue el momento, me acerqué al embarcadero, al borde del jardín del hotel y subí a la embarcación, la cual era totalmente descubierta, ideal para contemplar el paisaje sin interrupciones. En el barco me encontré con Sharon y con Aura. Nos instalamos en nuestras sillas y empezó el paseo.
Íbamos compartiendo el paseo con un grupo pequeño de turistas, unas 20 personas. Las sillas estaban dispuestas mirando hacia la proa del barco y desde allí, nos acompañaba un dúo de música típica. Unos de los músicos tocaba la flauta mientras que el otro lo acompañaba haciendo sonar dos tambores pequeños.

Nos cruzamos con unas shikaras, el tipo de embarcación en el que habíamos hecho el recorrido por las Backwaters en la mañana; estas eran más grandes. A lo lejos, en el borde del lago se veían las hermosas cabañas del resort.
A los pocos minutos de navegación decidí pararme a tomar fotos y a disfrutar de todos los ángulos del paisaje y de la brisa del lago. Lo mismo hizo Sharon y estuvimos disfrutando, intercambiando uno que otro comentario, cada una gozando de la serenidad del momento.

Empezamos a tomar fotos y rápidamente se nos acercaron dos personas de la tripulación y se ofrecieron, sin dar posibilidad a negarnos, a tomarnos las fotos con el atardecer. Fue muy divertido, porque nuestros fotógrafos tenían ya estudiadas y decididas las poses que debíamos adoptar y no se cansaban en su tarea. Eran unos expertos con las cámaras, jugando con velocidades, etc. Eventualmente recuperé mi cámara y seguí disfrutando del paseo.


LO QUE APRENDI: El lago por el que estábamos navegando se llama Vembanad y forma parte del sistema de lagos y canales que conforman las Backwaters de Kerala.
Es el lago más largo de la India y el más grande del estado de Kerala.
El Santuario de Aves de Kumarakom queda en la costa este del lago, muy cerca del resort y fue desarrollado como un santuario de aves en una plantación de caucho por un inglés, George Alfred Baker. Es favorito de las aves migratorias, algunas de las cuales llegan desde los Himalaya y unas cuantas desde Siberia
Seguimos disfrutando del atardecer y del paseo hasta el último minuto. Regresamos al resort y unas cuantas nos quedamos por los alrededores del jardín, disfrutando de las últimas luces de la tarde.
Cena de Despedida
La cena de esa noche era la Cena de Despedida del tour; al final del día siguiente nos separábamos en distintos hoteles y direcciones dependiendo del próximo destino de cada una. Basílica, por ejemplo, seguía viaje, ahora se dirigía a un safari al norte de la India. Elvira tenía reservadas un par de semanas de tratamientos ayurvédicos en un lugar muy cerca de donde estábamos. Claudia y Aura seguían a Singapur, yo me dirigía a Doha a visitar a Laura. Con distintas rutas, desde distintos aeropuertos, emprendíamos el regreso a casa.
La cena era en un restaurante más pequeño, y ya nuestra mesa estaba lista en una terraza sobre el lago. Se habían esmerado en prepararnos el lugar, con toda seguridad por instrucciones de Mallika. La baranda de la terraza estaba adornada con lucecitas amarillas y la larga mesa, que ocupaba gran parte de la terraza, lucía muy alegre y elegante. Poco a poco nos fuimos acercando, sentándonos y ordenando algo para brindar.

Todo en la cena fue muy lindo, todas estábamos felices con la experiencia y con el grupo que nos había tocado y que habíamos formado. En esta oportunidad no fue buffet y en cada puesto teníamos el menú para la noche, el cual estuvo delicioso. Mientras trabajábamos en los postres, instalaron una pequeña mesa al extremo de la terraza y trajeron una hermosa torta. Le tocó a Roger hacer los honores y picar la torta.


La sobremesa fue larga, una manera de expresar el deseo de que continuara la aventura. Finalmente nos fuimos a dormir. Estábamos agotadas, el día había empezado muy temprano y a pesar de haber sido un día muy relajante, se había acumulado el ajetreo del viaje. Además, teníamos que dejar las maletas preparadas, al día siguiente salíamos después del desayuno.

Caminé lentamente de regreso a la habitación, absorbiendo la experiencia, casi una caminata meditativa. Al llegar, guardé lo poco que todavía tenía pendiente. En la tarde había trabajado en el equipaje, había llegado el momento de sacar de la maleta un maletín extra que había llevado con la seguridad de que lo iba a necesitar y así había sido. Me dediqué a distribuir pesos, había agregado unos cuantos libros, un par de sari, algo de ropa y “cositas” que habían sumando kilos. Me quedé tranquila, ya sabía cómo iba a ser la situación en cuestión de un día en el aeropuerto, no tenía exceso.
Me dormí rápidamente, feliz, agradecida y curiosa por lo que me deparaba el día siguiente, el último día de este viaje maravilloso.
Gracias Regi por deleitanos con tus relatos. Fabulosos todos!!!!!
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