Templo Brihadishwara

India, Tanjore. 16 febrero de 2020. Post 16

La madre naturaleza nos recibió esa mañana con otro día hermoso. Perfecto, porque íbamos a estar al aire libre por bastante rato visitando el Templo BrihadishwaraRagú estaba muy emocionado con la visita y nosotras estábamos curiosas. Hasta el momento habíamos visto una variedad de templos, pero el entusiasmo de Ragú con este lugar nos tenía a la expectativa.

Aquí meditamos

No despertamos temprano para meditar y nos encontramos con Roger en el mismo jardín donde habíamos meditado la tarde anterior. Esta vez tuvimos la no tan grata compañía de los mosquitos; estuvieron muy agresivos.

Pasamos a desayunar y entre la variedad de platos que nos ofrecía el restaurant….. encontré una fruta que no conocía. Pregunté y me dijeron que era la jackfruit. La probé y quedé encantada. Su consistencia es muy carnosa y su sabor es una combinación de mango, cambur, manzana y piña. Repetí… varias veces. 

Jackfruit

LO QUE APRENDI: El jackfruit es la fruta de árbol más grande del mundo. Su peso promedio es de 35 kilogramos, llegando a pesar más de 50.  En español tiene varios nombres: saca, jaca, yaca. Su color es entre naranja y amarillo parecido al mango y la carne se presenta en gajos. Dentro de cada gajo hay una semilla parecida al garbanzo que tiene un contenido proteínico muy alto. La carne de la fruta también es alta en proteínas y se está haciendo popular entre los vegetarianos, debido a su consistencia, la cual es ideal para prepararla en guisos. De la corteza del árbol se saca un colorante y las hojas son usadas para alimentar animales de granja

Antes de salir al templo teníamos unos minutos y decidí dar unas vueltas por el hotel, quería ver con más detenimiento algunos de los muchos detalles que lo hacían tan especial. Además, en el restaurante me habían dicho que en el jardín había una mata de Jackfruit y por supuesto quería verla. La encontré muy cerca del lugar donde habíamos meditado. Era un árbol grande y tenía varias frutas colgando bajo, muy cerca del tronco. El aspecto de la fruta no era apetecible, tenía una superficie rugosa y con protuberancias. Me imagino que esa que vi todavía le faltaba crecer, tenía un color verde claro y no era muy grande. 

Seguí curioseando mientras llegaba la hora. Encontré una gran variedad de piezas de bronce y un mobiliario muy interesante. Finalmente fue hora de salir y resultó corto el trayecto hasta el templo. El autobús nos dejó del otro lado de la calle y el cruce resultó un poco retador, había muchísima gente, motos, carros, autobuses …

Atravesando la calle para ingresar al templo.

Templo Brihadishwara 

Nos reagrupamos y nos dispusimos a ingresar por la entrada este, el acceso principal. Estábamos moviéndonos con un grupo grande de personas y según nos fuimos aproximando al acceso, Elvira se dio cuenta de que las mujeres debíamos ir por una zona y los hombres por otra. Cuando estuvimos más cerca de la zona de control del acceso, vimos que la presencia de un detector de metales era lo que estaba reteniendo el flujo de visitantes. Llegamos al detector y resultó que era sólo un obstáculo físico, no funcionaba. De hecho la gente pasaba indistintamente a través o alrededor del aparato. 

El avance era lento debido a la cantidad de personas que estaba ingresando a esa hora. Eventualmente llegamos al primer gopuram, la primera torre ubicada en el muro exterior que rodeaba el templo. Nos detuvimos por unos minutos para observar los maravillosos relieves; también pudimos notar que la gente empezaba a dejar los zapatos sobre los escalones de granito de las edificaciones. Pasamos un segundo arco, todavía dentro del primer gopuram y llegamos a una zona amplia, despejada, ubicada entre las dos gigantescas torres de granito. Allí esperamos por unos momentos; Ragu y Sekar estaban trabajando en la logística de los zapatos. A los pocos minutos apareció Sekar con una bolsa gigantesca y allí fuimos depositando los zapatos.

Aquí estoy, en el acceso al templo Brihadishwara

Caminamos hasta el segundo gopuram. Los relieves eran bellísimos.  A ambos lados del gran arco bajo la torre, a través del cual íbamos a pasar, había unos relieves como de 2 metros de alto de Shiva danzante. Claudia se tomó allí una foto muy linda, imitando la danza de Shiva. Seguimos admirando la torre y la muralla que se desprendía de ella y rodeaba esa parte del templo. A través del arco podíamos ver a lo lejos la explanada. Poco a poco nos estábamos acercando hasta que finalmente aparecieron ante nosotros las edificaciones principales. Una imagen impresionante. 

Muralla interna del templo

Nos encontrábamos en la gran explanada del templo junto a cientos de personas de todas las edades. Nos tomamos unos minutos para contemplar esa maravilla Revisando las fotos y los videos que tomé ese día, me doy cuenta de que, al menos el tiempo que estuvimos allí, éramos los únicos no hindúes en el templo. 

Mientras esperábamos me dediqué a tratar de captar con todos mis sentidos toda la novedad que me rodeaba. Primero fue el impacto de las edificaciones, majestuosas, diferentes, inmensas. Enseguida, más cerca de mi, las imágenes eran igualmente hermosas, novedosas, atractivas. Por donde mirara, había gente en plan de celebración, pequeños grupos y grandes grupos. Familias enteras con hombres mujeres, ancianos, niños. Grupos de mujeres, grupos de hombres. Todos sonriendo, con aire de fiesta. Por todas partes veía saris en todos los colores y combinaciones imaginables. Los hombres también lucían distintos atuendos, aunque por supuesto menos vistosos que los de las mujeres. Podía sentir una energía muy bonita. Unos minutos mas y estuvimos listas para el recorrido y para seguir aprendiendo sobre este increíble templo.

LO QUE APRENDI: El Templo Brihadishwara fue construido enteramente bajo el mandato del gran gobernante Raja Raja de la dinastía Chola hace 1.000 años. Es uno de los templos más grandes del sur de la India y en 1987 fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. 

La deidad principal del templo es Shiva, pero hay santuarios dedicados a otras deidades como Ganesh la deidad más popular, Parvati, la consorte de Shiva, Nandi, el vehículo de Shiva y Nataraja, Shiva danzante -sobre el cual había aprendido el día anterior-. La imagen del Shiva danzante elaborada en bronce, se originó en este templo, fue encargada para colocarla dentro del vimana, la torre principal. 

Vimana del templo Brihadishwara

Es el primer templo en India construido totalmente en granito. La gran torre sobre el sanctum santorum llamada vimana alcanza 216 pies y es una de las más altas del sur de la India. Fue con toda seguridad una de las edificaciones más altas del mundo en el momento de su construcción.

En las paredes del edificio central están listadas todas las personas que trabajaron en la construcción del templo. Las inscripciones están hechas en Tamil, datan de siglo X y XI y hablan de 1) Donaciones 2) Número de personas que trabajó en la construcción 3) Aspectos de gerencia del templo. Las inscripciones detallan los salarios, funciones, y nombres de los empleados e incluyen 600 nombres. Gracias a esas inscripciones se sabe por ejemplo que en cada servicio participaban 400 bailarinas También dice allí que este templo fue construido por Rajaraja.  

Al entrar a la explanada del templo lo primero que encontramos fue una gigantesca estatua de Nandi (el buey) bajo un mandapa espectacular. La estatua de Nandi es monolítica, pesa 25 toneladas y mide dos metros de alto y seis de largo; es impresionante. Justo cuando llegamos se estaba realizando allí una ceremonia en la cual vertían grandes cantidades de leche sobre la figura de Nandi.

Brihadishwara es un templo activo y por eso estaba lleno de devotos. Ragu nos había comentado que, por alguna razón que no recuerdo, el 8 de febrero había sido un día especial y que los siguientes 48 días eran también muy auspiciosos. Aparentemente esa era la razón por la que había tanta gente en el templo este 16 de febrero. 

Había grandes colas en los distintos santuarios, pero la más grande era para acercarse al Sancto Sanctorum que está dentro del edificio central. En esa cola, todos los devotos avanzaban lentamente muy pegados unos de otros, haciendo su cola con absoluta tranquilidad, y alegría. Nos explicó Ragu que el edificio con forma de pirámide, el vimana era hueca en el centro y que dentro había mucha energía, que se podía sentir. Posiblemente esto se explica por el hecho de que dentro de este vimana se encuentra uno de los Shiva linga mas grandes de India. 

Alrededor del templo hay un corredor o prakara. Hacia allá nos dirigimos después de contemplar la torre principal, las inscripciones en las paredes y el santuario a Ganesh.  El corredor era amplio y tenía pequeñas capillas mas o menos cada 8 metros. Dentro de las capillas, detrás de puertas de rejas había lingas. La pared del fondo estaba decorada con pinturas que reconocí. Las paredes del restaurante del hotel estaban decoradas con reproducciones de estos murales.   

Eran unas pinturas muy bonitas, llenas de color. Después me enteré de que fueron descubiertas en 1931 debajo de capas de pintura. Una dinastía posterior, los Nayaks, las taparon con capas de pintura y de esta manera, sin quererlo, contribuyeron a conservar frescos que tienen 1.000 años. 

Seguimos dando la vuelta, admirando todo el monumento desde distintos ángulos. Era muy interesante observar la actitud de los devotos. Algunos se sentaban en medio de la explanada en cualquier lugar, solos o en grupos. Se sentaban como si estuvieran en un picnic, tranquilos, disfrutando. Lo mismo había visto en el templo de Ganesh en Puducherry.

Todo el mundo sonreía y se tomaba fotos, todos estaban muy elegantes, me imagino que luciendo sus mejores galas. Vi una variedad de saris y de otro tipo de vestido especialmente en las niñas. Algunas mujeres llevaban flores en la cabeza y otras guirnaldas de flores en el cuello. 

Con Nuestro maestro y guía de lujo, Roger Gabriel

Me tomé una foto con Roger, nuestro maestro y guía de lujo y enseguida una niña me dijo, con señas, que se quería tomar una foto conmigo. Accedí encantada y mientras quien imagino era el papá nos tomaba la foto, le di mi cámara a Elvira para aprovechar el momento fotográfico. Empezaron las fotos y seguían las fotos y me pedían que esperara…

Todos felices y sonrientes

De repente me di cuenta de que Elvira se reía y señaló detrás de mi. Miré y descubrí que no éramos sólo la niña y yo para la foto. Ahora el grupo incluía 5 mujeres mas. Cuando pensé que habíamos terminado, el fotógrafo mandó a un niño a pararse a mi lado y me animó…me instruyó mas bien, a que le pasara la mano por el hombro al niño. No quedó mas remedio que obedecer. Por allí estarán mis fotos, en algún lugar de la India.  Me gusta esa idea porque todos estamos sonrientes y felices en ellas, compartiendo un día y un lugar muy especiales. 

¡Abrázalo!

Después de las fotos nos acercamos al gigantesco Nandi. Ya había terminado la ceremonia que habíamos presenciado al entrar y la gente tenía acceso a la escultura. Y allí estaban todos los que podían, tocando al gigantesco toro, tomándose foto tras foto. Evidentemente era algo muy importante para los devotos. 

Devotos emocionados desde el mándala de Nandi

Al acercarme, pude detallar un poco mas la decoración de la estructura y del techo de la madapa que cubría a Nandi. Era bellísima. Las columnas de granito estaban talladas de punta a punta con figuras humanas, deidades y figuras geométricas. El techo estaba dividido en paneles y en el centro de cada uno había un mandala rodeado de decoraciones de flores y pájaros. El fondo era de un azul cobalto espectacular. Claudia se subió con mi teléfono y logró tomar unas fotos espectaculares de Nandi y del techo. ¡Gracias Claudia!

LA foto del grupo. Hermoso recuerdo

Y llegó el momento de regresar, pero antes nos tomamos una hermosa foto del grupo. Caminamos hasta el gopuram, una vez mas recuperamos nuestros zapatos sin ningún inconveniente y nos dirigimos a encontrarnos con el autobús. Mientras caminábamos iba disfrutando de la gente a mi alrededor. 

Ya para salir nos comentó Ragú que el templo grande que habíamos visto el día anterior desde el autobús en ruta a Tajore, el templo Gangaikonda Cholapuram fue construido en fecha posterior a este templo por el hijo de Raja Raja, Rajendra Chola I. Las dimensiones de ese templo son, por diseño, inferiores a las de Brihadishwara por el deseo expreso de Rajendra de que su templo no fuera mas grande que el de su padre, con el cual co-gobernó por un tiempo. Bonito detalle, diría yo. 

Al salir del templo, caminamos por la acera que estaba llena de vendedores con todo tipo de mercancías. Había vendedoras de guirnaldas y adornos de flores para el cabello de las mujeres, otras vendían pequeñas figuras de colores brillantes, me imagino que eran juguetes y, ¡oh maravilla!, un vendedor estaba abriendo un jackfruit. Me detuve a tomarle fotos. También encontré a un vendedor de palmito y un puesto de jugo de caña, otro de cocos y una mata de tamarindo cargada. La cantidad y la variedad de gente, productos, ruidos y energías era impresionante. 

Abordamos el autobús y regresamos al hotel. Un grupo se quedó allí y otro grupo nos fuimos a conocer la biblioteca y museo Sarasvati en el Palacio Real de Thanjavur.

Todavía no era hora de almorzar y era inmensa la variedad y cantidad de imágenes que habíamos tenido la fortuna de poder contemplar y guardar en nuestra memoria. Deseaba tener un momento para sentarme con calma y revisar las fotos y las notas que había tomado apurada, mientras escuchaba las explicaciones de Roger y Ragu y mientras seguíamos caminando por el templo. Quería saber mas sobre este hermoso lugar y su historia. Ese momento tendría que esperar, el programa seguía con más sorpresas y descubrimientos.

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