Madurai. 17 de febrero de 2020. Post 18
Amaneció un día muy agradable en Madurai. Me había despertado muy temprano, mucho antes de que sonara el despertador. Estaba a la expectativa, curiosa con la visita programada para ese día, el Templo de Meenakshi. Era el último templo que visitaríamos en este tour y se suponía que iba a ser el broche de oro.
Lamentablemente no pudimos hacer la meditación en grupo esa mañana porque, a pesar de lo amplio del resort, no había un lugar realmente adecuado para la meditación. La noche anterior habíamos hecho el esfuerzo, algunas se habían sentado en sillas de niños, pero esa mañana el plan había sido meditar por separado.
Dejé mis maletas listas cerca de la puerta de la habitación y empecé mi larga caminata hacia el restaurant. Habíamos identificado una ruta más corta que la de las hermosas escaleras de madera que habíamos usado la noche anterior. Por esta otra ruta, a través de otra zona del jardín, volví a encontrarme con el pavo real. Como él estaba tranquilo, tomando el sol de la mañana, decidí regalarme unos momentos de pura contemplación. En silencio los dos, cada uno hizo lo suyo, él exhibirse, yo observarlo. Disfruté detallando la variedad de diseños y colores de sus plumas. Una tarea deliciosa para arrancar el día.

Nos reunimos en el restaurante para desayunar; de nuevo un buffet lleno de novedades. Había llegado temprano a desayunar así que mientras esperaba que el resto del grupo terminara y a que fuera hora de salir para la visita del Templo Sri Meenakshi, aproveché de tomar fotos de la ciudad y Renee me tomó una bella foto con Mallika en los jardines, frente al restaurant.

Una vez en el autobús, Ragú nos informó sobre las muchas restricciones que imponían para el acceso al templo: sólo podíamos llevar un monedero, no carteras ni mochilas, no estaban permitidas las cámaras ni los celulares, por supuesto no zapatos y tampoco medias. Roger enfatizó las restricciones y nos avisó que las personas que vigilaban el templo, si te veían con una cámara o celular, simplemente te lo quitaban y lo destrozaban. Entendimos el mensaje e hicimos caso.
Luego de la advertencia, Ragú procedió a compartir gran cantidad de datos relacionados con el templo y su deidad principal, Meenakshi.
Meenakshi
El templo está dedicado a Meenakshi, deidad que es considerada un avatar de Parvati. Meenakshi quiere decir “ojos de pez” y entre las muchas versiones del porque del nombre, está la que dice que, al igual que los peces que nunca cierran sus ojos, Meenakshi siempre tiene los ojos abiertos para sus devotos. La historia de Meenakshi es muy interesante:
LO QUE APRENDI: En el siglo XIII, los reyes de Madurai eran muy prósperos y queridos pero no lograban tener descendencia. Su gurú les aconsejó que hicieran un Putra Kameshti Yagna, un ritual que trae descendencia a quien quiera que lo realice. En medio del ritual, entre las llamas apareció una niña de 3 años que corrió y se sentó en el regazo de la reina. El rey la tomó en brazos y notó que la niña tenía tres pezones.
Extrañados pensaban que había algo malo con el ritual, pero una voz que bajaba del cielo los tranquilizó diciéndoles:
“No te preocupes, tu realizaste el Yagna perfectamente. Dios está satisfecho contigo y te ha bendecido con esta niña. Críala como lo harías con un niño, enséñale todas las habilidades que le enseñarías a un niño. Ella será tu heredera y te hará orgulloso y feliz”
También dijo esa voz -que resultó ser Shiva- que cuando la hija encontrara a quien iba a ser su esposo, perdería el tercer pezón.
Los reyes hicieron lo que se les dijo y Meenakshi creció adiestrándose en todas las prácticas propias de los hombres. Cuando se hizo adulta se unió a su padre en las batallas y pronto se convirtió en una guerrea invencible conquistando prácticamente toda la India.
En una de sus incursiones se encontró frente a frente con Shiva. Al verlo, Meenakshi cambió por completo su actitud, volviéndose tímida y sumisa. En ese momento perdió su tercer seno. Shiva le dijo que estaban destinados a casarse y así lo hicieron a los pocos días en Madurai. De esa manera Meenakshi se convirtió en Parvati, la otra mitad de Lord Shiva.
A esta historia le agregó Ragú el siguiente dato: normalmente Shiva sólo usaba una piel de tigre. Para la boda, su madre le pidió que se acicalara y él la complació. Por este motivo, sólo en Madurai la imagen de Shiva lo muestra con todos las accesorios que supuestamente usó para la ceremonia.
Otro dato interesante que encontré dice que Meenakshi no fue una reina dócil. Llegó a un acuerdo con Lord Shiva de manera que durante seis meses del año gobernaba Shiva y los otros seis meses gobernaba ella, quien después de todo era la heredera del reino, digo yo…
Todavía hay en Madurai personas que usan un calendario que les indica quien los está gobernando en un día determinado.
Me llamó la atención otro comentario que dice que la importancia de Meenakshi y la reverencia que se le ofrece reflejan las tradiciones y creencias regionales del Sur de la India, en donde la mujer es quien posee los poderes espirituales, los dioses escuchan a sus esposas y los destinos de los reinos están en las manos de las mujeres. Interesante.
Las Calles de Madurai
Cuando íbamos en el autobús, Mallika nos había regalado unos bellos adornos de flores para la cabeza y nos explicó que era tradicional que las mujeres los llevaran en las visitas a los templos. De una u otra manera casi todas logramos ponernos las flores en el cabello. Con mucha habilidad Elvira nos ayudó a unas cuantas. Mis flores duraron poco rato allí, no había mucho de donde agarrarse…

El autobús nos dejó un poco lejos del templo y eso nos brindó la oportunidad de caminar por las calles angostas del centro de Madurai. La ciudad está construida alrededor del Templo Meenakshi Amman, centro geográfico de la ciudad antigua, centro espiritual y ritual. A medida que avanzábamos sentía que las calles se hacían más angostas. Sin embargo no era peatonales, por allí circulaban las motos y los Tuktuk.
Madurai es una de las ciudades más antiguas del mundo que han sido habitadas de manera continua, ha estado en funcionamiento por mas de 2.000 años. Yo iba encantada, tratando de verlo todo e imaginándome las miles, mas bien millones de personas que a lo largo de más de 2.000 años habían pisado justo donde yo estaba pisando. Iba deseando tener más tiempo para mirar con más detenimiento, preguntar, sentir.
En el camino encontramos un templo pequeño, bueyes amarrados a las rejas de los negocios y para mi disfrute kolam en todas las puertas. En unas calles más amplias estaban metiendo unas grandes tuberías y más adelante un grupo de mujeres que cocinaban en la calle, le daban a la esquina unas pinceladas de color con sus saris de tonos vivos.
Yo iba muy entretenida, mirando al piso frente a las puertas de las casa, tomando fotos de los kolam y cuando levanté la vista, allí estaba, una de las torres del templo. Impresionante.

Templo Meenakshi Amman
Según nos fuimos acercando, empezaron a aparecer las vendedoras de flores y de ofrendas. Había distintos tipos de guirnaldas de flores, las ofrendas tenían cocos, cambures, unos paqueticos y unas botellitas. Guiadas por Ragú llegamos a una de las entradas del templo y allí nos despedimos de nuestros zapatos. Pocos minutos más tarde, todas dejamos a Sekar a cargo de los teléfonos.

Después me enteré de que la prohibición de los celulares fue una decisión de la corte Suprema de Madras y se originó a raíz de un incendió que ocurrió en el templo en 2018. El incendió destruyó varias tiendas ubicadas dentro del templo y parte del de un gopuram. Se trataba de tiendas que vendían flores, ofrendas, malas e imágenes de deidades. Ultimamente también vendían objetos de plástico y esto fue lo que agravó el fuego.

Ya sin zapatos seguimos caminando un rato alrededor del templo hasta que llegamos a la puerta Este, señalada por un gopuram espectacular construido de granito. Caminamos a lo largo de una muralla hasta un punto de seguridad. A diferencia de la “seguridad” del día anterior en la visita al Templo Brihadishwara en Thanjavur, aquí no sólo pasamos por un detector -que si funcionaba- sino que además nos hicieron una revisión del cuerpo y de los monederos.

Me pareció interesante:
- El templo está dividido en una serie de cuadrados concéntricos separados por muros altos. Este trazado continúa hacia las calles de la ciudad antigua, formando una flor de loto. Este diseño hace que el templo Meenakshi sea uno de los pocos con entradas por los cuatro puntos cardinales.
- El templo, como lugar sagrado existe desde hace mas de 2.500 años, la literatura Tamil lo registra desde esa época. El edificio que visitamos data del siglo XVII. El templo original fue destruido durante la invasión musulmana, del siglo XIV.
- Se estima que en el complejo que es el templo que cubre 6 hectáreas, hay mas de 33.000 esculturas. Para el Sur de la India el templo Meenakshi es lo que el Taj Majal para el norte de la India. Cada día lo visitan 15.000 personas
ACLARATORIA: A partir de este momento no tuve ni cámara ni libreta donde anotar. Lo de la libreta lo remedié con una hoja de papel que nos había dado Ragú el día anterior con un esquema del templo y que, a último momento, tomé de mi cartera. Allí anoté como pude. Era mucha información, nos la daban muy seguido, mientras nos movíamos y mi apoyo era mi monedero. Descifrar esas notas, parte en inglés, parte en español y parte en diagramas (que en el momento eran obvios…) fue todo un reto. Con respecto a las fotografías, me voy a apoyar en imágenes de internet, tomadas antes de la prohibición de cámaras en el recinto y dando el crédito a quien las tomó.
Estanque del Loto Dorado
Al entrar, Ragú nos llevó hacia el Estanque del Loto Dorado. Su importancia pre data la del templo, el estanque es más antiguo. Se le considera un lugar de peregrinaje muy importante y todavía hoy en día, los devotos se bañan en sus aguas sagradas. Se trata de un estanque rectangular rodeado de escalinatas. En el centro un loto dorado y una columna también dorada.

LO QUE APRENDI: Se dice que en ese estanque se veneró a Shiva usando para ello lotos dorados que crecían en ese lugar. Cada viernes, los ídolos dorados que representan a Meenakshi y a su consorte Sundareshwara (Shiva), son llevados a un columpio ceremonial ubicado en un lado del estanque. La ceremonia consiste en cantarle himnos a las deidades mientras los ídolos se mecen. Esa ceremonia atrae 25.000 personas.
Ragú nos contó otra leyenda con respecto al estanque. Se dice que los eruditos de Tamil Nadú lanzaban sus obras poéticas en el estanque. Solo si el libro flotaba se consideraba que era bueno.
El estanque estaba rodeado por gigantescos pasillos techados. De hecho lo estábamos admirando desde uno de ellos. Después de unos minutos nos dirigimos hacia el pasillo que lucía como más grande, más importante.
El templo por dentro
Entramos en un pasillo mucho más amplio que el anterior, con cuatro hileras de columnas de piedra, talladas de piso a techo, rematadas en capiteles todavía mas elaborados. En los capiteles empezaban los colores, algunos pintados en rosado, otros en verde y al seguir mirando hacia arriba los techos brindaban un espectáculo multicolor. En el techo de la parte central del pasillo, uno tras otro estaban una especie de medallones con la figura de Parvati en distintos colores. El techo en los pasillos laterales estaba adornado con mandalas multicolores.

En la parte interna de este pasillo -opuesto al estanque- se estaba formando una cola. Nos explicaron que eran los devotos de Meenakshi, que iban a visitar su imagen. Nos dijeron que sólo los hindúes -religión, no nacionalidad- podían entrar. Había avisos de “Rezar en Silencio”.
Seguimos avanzando y las dos hileras de columnas centrales desaparecieron para brindarnos un área más amplia. En esta zona del pasillo, las columnas laterales se hicieron más importantes y los capiteles eran realmente grandes, todos pintados en verde. Los unía una especie de viga, también en verde y con pequeñas figuras de deidades en dorado. En el techo, ahora había, una tras otra representaciones de la pareja de Meenakshi y Sundareshwarar, -Shiva en esa reencarnación-

Al fondo del pasillo encontramos un Ganesh gigantesco. Ragú nos contó la leyenda detrás de esta figura. Se dice que una gran piedra apareció durante la excavación del estanque. Ganesh le pidió al devoto que la había encontrado que, a cambio de un favor concedido, tallara la piedra y su figura surgió de allí. Había muchos devotos frente a esa imagen.Ganesh es el más popular.
Cruzamos a otra galería y allí nos mostraron una columna muy especial. En ella estaba tallada una diosa que ayuda a concebir y a que el embarazo se desarrolle con normalidad. La escultura estaba tapada con telas, y nos explicaron que la deidad representa una mujer embarazada. Mientras estábamos recibiendo la explicación llegó una familia y realizó una ofrenda. La joven estaba embarazada. Mientras rezaba, vertió aceite a lo largo de toda la figura en la columna.

Había estatuas de la pareja Meenakshi-Sundareshwarar por todo el templo, tanto talladas en las columnas, como figuras en bronce, juntos o separados. Todo estaba en excelente estado de mantenimiento. Nos contaron que las figuras policromadas del exterior son repintadas periódicamente para que mantengan los colores que le dan a este templo un encanto especial. Luego de pintadas son consagradas nuevamente.

Frente al sanctum sanctorum de Shiva encontramos un gigantesco Nandi, no tan grande como el de el día anterior, pero si muy adornado. Tenía una tela sobre el lomo y guirnaldas de flores sobre la cabeza y alrededor del cuello. Esta figura también tenía muchas personas alrededor.
Salón de las Mil Columnas

Meditamos en el salón de las mil columnas, Ayirakkal Mandapan, un sitio espectacular. Las columnas presentaban tallas a cuál más atractiva y su distribución era tal, que desde cualquier ángulo que se las veía, estaban perfectamente alineadas. En uno de los pasillos de entrada había un mandala espectacular en el piso y gente sentada alrededor. Dentro del salón encontramos un museo de arte hindú con pinturas y esculturas. Nos comentaron que las columnas de la parte exterior producían un sonido musical cuando se las golpeaba suavemente.

Ragú nos contó que este salón había sido construido en el siglo XVII con el propósito de que allí se celebraran los matrimonios y festivales ya que el sanctum resultaba muy pequeño para esas actividades.

Salimos de este gran salón y paseamos un rato por las zonas abiertas del templo. Nos rodeaban gigantescas construcciones llenas de miles de estatuas, repletas de color. Cada vez que trataba de detallar una zona en alguno de los 12 gopuram, la cantidad y la variedad de figuras me dejaba mareada. Si habían tenido la idea de crear un impacto visual impresionante, tanto de cerca como de lejos, definitivamente lo habían logrado. Era increíble, había animales, demonios, dioses de la tradición hindú, cada uno lleno de detalles y rodeado de formas y colores.

Había mucha gente en el templo, algunos rezaban frente a ciertas estatuas, o realizaban rituales mientras que otros, como nosotras, simplemente admiraban. De nuevo quedé encantada con los trajes de las mujeres y noté que el tipo de tela en la que estaban elaborados los sari era diferente a los que había visto el día anterior, estos eran más bonitos, otra calidad.
Estaba curiosa de saber cómo lucía el Shiva trajeado para la boda con Meenakshi , dato que nos había comentado Ragú. No lo vi en el templo así que luego lo busqué en internet. Encontré una foto y pensé podía ser ese. Cuando abrí la foto, me encontré con una página muy curiosa. Según entendí, era una página que ofrecía servicios: organización y realización de rituales. Lo que encontré interesante fue la lista de los beneficios obtenidos al realizar una Pooja en el Templo Meenakshi Amman. Entre los beneficios estaban listados:
- Victoria en la vida
- Matrimonio feliz garantizado
- Mejora en las relaciones familiares
- Reducción de la depresión
- Aumento impresionante en creatividad e inteligencia.
Definitivamente este templo estaba lleno de sorpresas.
Un dato que me pareció muy interesante es que, siguiendo la tradición, cada noche antes de cerrar el templo, una procesión guiada por tambores e instrumentos de metal, traslada la imagen de Sundareswarar (Shiva) hasta los aposentos de Meenakshi (Parvati) para consumar la unión. Al amanecer, la imagen es transportada de regreso a su lugar.
Llegó el momento de salir y tuvimos que caminar bastante hasta llegar a la puerta donde estaban nuestros zapatos. Los recuperamos sin ningún problema y enseguida apareció Sekar con los teléfonos. Mientras esperábamos instrucciones me di cuenta de que una señora que estaba a poca distancia estaba muy ocupada poniéndose su sari mientras otra se peinaba. Por un aviso que vi me pareció que cerca quedaban unos baños. Allí me quedé observándola medir y dar vuelta y volver a probar, y volver a medir… La tarea no era sencilla, definitivamente tomaba su tiempo y tenía una técnica.
Empezamos a caminar y llegamos hasta una tienda en donde nos dejaron por nuestra cuenta por un buen rato. En el último piso de la tienda había una pequeña terraza con vista hacia el templo. Después de admirarlo un rato tomé un par de fotos.

El autobús estaba un poco lejos y nuestros guías decidieron que en vez de caminar nos fuéramos en Tuktuk. Encantadas aprobamos el plan y rápidamente nos fueron distribuyendo en los eficientes vehículos. Yo me monté con Ellen y Sesha y empecé a tomar fotos de nuestro viaje. Cuando ya llevábamos recorridas unas cuantas calles decidí grabar. Mi grabación dura 3 minutos y puedo decir que nuestro viaje fue muy emocionante, muy movido y que tuvimos oportunidad de ver el peligro muy de cerca.

Con una mezcla de alegría y agradecimiento abordamos nuestro autobús y nos dirigimos hacia el hotel, estaba próxima la hora del almuerzo. Del almuerzo comento que fue excelente y sólo le tomé foto a mi postre que estuvo delicioso.
Después de almorzar tomé otras fotos de Madurai y corrí a mi habitación a sacar las maletas. Fue sólo abrir y cerrar la puerta, pero las escaleras…


Una vez mas abordamos el autobús. Yo recordé un comentario que había visto cuando estuve leyendo sobre Gandhi y su decisión de usar el dhoti a raíz de una visita a Madurai. Lo volví a buscar.
Aparentemente en un viaje anterior, a Gandhi se le había negado el acceso al templo Meenakshi por venir acompañado de “intocables”, la entrada de los cuales estaba prohibida. Gandhi se dedicó a luchar contra esa práctica inhumana de la “intocabilidad” y acuñó el término Harijans (hijos de Dios) para referirse a ellos. En 1946, gracias en gran parte al esfuerzo de Gandhi, hubo un cambio de legislación y las puertas del templo se abrieron para los harijans y Gandhi entró al templo acompañado por ellos.
Definitivamente esa mañana me había brindado muy buenos motivos para recordar con una sonrisa esta visita a Madurai. Por los momentos cerré las cortinas me dispuse a tratar de descansar un poco durante el largo trayecto que teníamos por delante.
muy bueno y entretenido el recorrido
de hay
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Me alegra que le haya gustado. Gracias por ello comentario
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¡Excelente tu relato! Nos haces vivir tu experiencia como si fuera nuestra. ¡Gracias Regina!
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Dolores Amalia, me animan mucho tus comentarios. Gracias por tus palabras
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